Faltan menos de 10 días para la cita electoral, donde el ciudadano está llamado a participar directamente de la labor legislativa, una de las formas de ejercer la “democracia directa” que prevé nuestra Constitución, ratificando o rectificando lo que el parlamento, en uso de las mayorías que determinan las leyes de éste país, ya ha legislado y determinado. De hecho, los artículos que están en juego su derogación, ya están siendo aplicados desde hace más de un año.
En definitiva, se vota para que esos famosos 135 artículos de la LUC sigan vigentes, o no, lo que significa que se sigan aplicando como se viene haciendo, o por el contrario, la mayoría de los votos válidos opte por una vuelta atrás y deshacer lo legislado, derogarlos y por ende, dejarían de aplicarse, no estando en juego en ésta oportunidad una opción alternativa, sino que en cuanto a esas normas, sería volver a la situación pre LUC.
Para nada es el objetivo de éstos párrafos abordar el análisis de los 135 artículos que se votan el 27, ni las implicancias que tendría la posible derogación, y menos opinar en un sentido o en otro, simplemente mencionar algunos aspectos sustanciales y otros que llaman la atención de éste proceso electoral .
Todo comenzó por iniciativa del Pit-Cnt, que indudablemente fueron, y son, los que han sido más afectados por los cambios introducidos por esos 135 Artículos, como expresó un dirigente de forma lacónica y muy clara “la LUC le hace perder fuerza a la lucha sindical”, lo cual es, a mi criterio, absolutamente cierto. Más allá de lo relativo a los cambios introducidos en el gobierno de la Educación excluyendo a los sindicatos, lo más cuestionado es el Artículo 392, el cual es sucinto y expresa “El Estado garantiza el ejercicio pacífico del derecho de huelga, el derecho de los no huelguistas a acceder y trabajar en los respectivos establecimientos y el derecho de la dirección de las empresas a ingresar a las instalaciones libremente”. Ello implica que no serán legales los piquetes y las ocupaciones de lugares de trabajo cuando atente contra otros derechos, específicamente de los no huelguistas a trabajar y de los dueños a administrar, lo cual de forma evidente le quita poder al Sindicato. Cabe mencionar que las ocupaciones sindicales en Instituciones Públicas ya están prohibidas desde el gobierno anterior.
El Frente Amplio, luego de ciertas reticencias, seguramente por razones de cálculos políticos y/o porque había votado algunos de esos artículos, terminó sumándose a la propuesta de forma cohesionada y entusiasta. El gobierno mantuvo silencio en la etapa de la recolección de firmas, seguramente basado en un error de cálculo y quizás menospreciando la capacidad de la contraparte, y ésta, en un trabajo encomiable, logró lo que al principio parecía muy difícil de concretar, en una arremetida final, superó con creces las firmas necesarias.
Las últimas encuestas parecen indicar un emparejamiento entre los decididos a votar SI y los decididos a votar NO, apareciendo un porcentaje muy alto de personas indecisas. Tiendo a pensar que muy pocos compatriotas verdaderamente se han tomado el arduo y denso trabajo de leer con detenimiento las normas cuestionadas, la gran mayoría votará según lo que sus referentes políticos le aconsejen, y en ese sentido, como viene sucediendo hace bastante tiempo, el país se divide en dos mitades, (no ha pasado que las mayorías sean del 70 u 80 % como en otros países), siempre fueron mayorías de cincuenta y poco para un lado o para el otro, entonces habrá que ver cual mitad llega a ser un poquito más grande que la otra.
Asombra esa alta cantidad de indecisos faltando tan poco, de los cuales se afirma que el 15 % de ese 25 %, ni siquiera sabe bien que hay que ir votar el 27, y menos que se vota, o sea que no son indecisos, sino que son indiferentes e impasibles. Me atrevería a afirmar que siendo así, parece ser que terminará definiendo el voto a favor o en contra no de la LUC en sí, sino del gobierno actual, y eso lo saben ambos bandos en contienda.
Las estrategias de las campañas, acusadas de mentir mutuamente, apuntan a ese público no decidido aún, en general poco propenso a interiorizarse en la vida política. De un lado se focaliza en lo malo de la situación actual, en los problemas en el bolsillo de la gente, (siendo la vedette el precio del combustible), las rebajas en los salarios y pasividades, los recortes en la educación etc., mientras que el oficialismo realza sus logros, desde el manejo de la pandemia hasta la recuperación económica. En cuanto a la seguridad, aspecto de especial relevancia para que se produjera el cambio de gobierno, vemos con asombro que la situación post LUC, es usada tanto sea para el Si como para el NO, lo que parece bastante inentendible en la medida que los estadísticas deberían ser números objetivos, pero aún así, se buscan argumentos para cuestionarlos o relativizarlos.
Muchos temas de los que se habla en realidad, están bastante alejados de lo que verdaderamente se vota el 27, sabedores que un número muy importante de personas votará según se sienta cómodo o no con el gobierno actual, cobra relevancia la forma en que se maneje el gobierno en lo que resta (por eso seguramente vuelva el asado del Pepe/Luis), debería evitar a toda costa que la Guerra afecte los precios de productos básicos, empezando por el combustible, por más que signifique patear el problema para adelante, hasta le sería conveniente ir contra sus principios, subvencionar o fijar precios por ejemplo, aunque ya sea un poco tarde para otro tipo de medidas como bajar tributos o aumentar el gasto social. Del lado de la oposición la estrategia es clara, atacar todo resultado y movimiento del gobierno, si sube el combustible porque lo sube, y si no lo hace, porque no lo hacen, y argumentar que no aplican la LUC porque no les conviene, y que ello muestra porqué debe derogarse.
La imagen y aprobación del presidente sigue siendo muy alta, y por ello se pone al frente de la campaña por el NO en la etapa final, siendo cuestionado por ello por los líderes de campaña del SI, incluso entrando en rencillas infantiles sobre quién habla último en la TV, en fin, el partido parece que se definirá en los detalles, y el resultado es relevante para el gobierno en los años que le quedan, terminará siendo un importante respaldo y ratificación del camino elegido, o una gran bofetada que envalentone a la oposición, ya de caras al 2024.
(Los comentarios son estrictamente personales y no comprometen a ninguna Organización)